No existe una receta o manual de instrucciones para ganar una elección o mantener la preferencia de la ciudadanía, lo que si existe es una serie de principios que nos ayudan y facilitan a ganar la mente y el corazón de nuestro electorado.

Estos elementos resultan clave y su finalidad es incrementar las probabilidades de éxito de quien recurre a ellos en contiendas internas y externas, pues otorgan asertividad y eficacia a las acciones de campaña, en un entorno de competencia intensa.

Con base en este modelo, lo primero que se requiere es obtener, registrar y analizar información estratégica que permita formular estrategias y planes eficientes; la información es poder, y quien cuenta con ella tiene ventaja sobre sus competidores.

La información estratégica que se requiere se puede agrupar en cuatro grandes categorías:

• Información sobre cada uno de los contendientes: trayectoria, fuerzas, debilidades, recursos, limitaciones, posicionamiento y apoyos con los que cuenta.
• Información sobre el mercado electoral: ubicación, segmentación, importancia relativa renuncias por segmento, problema de importancia relativa de los segmentos es decir volumen y valor electoral, necesidades, gustos, valores y preferencias por segmento, problemática que enfrenta la población, líderes formales e informales, medios de comunicación, etc.
• Información sobre las condiciones de competencia, normatividad electoral, usos, prácticas y costumbres electorales legítimas y legítimas, autoridades electorales, tiempos, medios de defensa y de impugnación, representación ante las autoridades electorales, etc.
• Información sobre poderes fácticos que puedan afectar el proceso y los resultados electorales: como medios de comunicación, poderes económicos, religiosos y sociales, autoridades diversas, etc.

En segundo lugar elaboraremos un análisis comparativo de cada uno de los factores significativos de las fuerzas y debilidades propias, y compararlos con los de cada uno de los contrincantes, a fin de obtener a fin de tener claro el perfil competitivo, y conocer con seguridad los aspectos que se deben reforzar, así como los factores y recursos que deben aprovechar para obtener ventaja sobre la competencia.

Un análisis que no debemos olvidar el correspondiente al tercer elemento de esta lista y que se trata del análisis del mercado electoral para jerarquizar los segmentos y luego determinar:

• El volumen y valor, peso relativo de cada segmento en términos electorales.
• Los factores estratégicos que operan en cada uno de ellos y su importancia, para decidir cuál sería la mejor forma de acceder y ocupar dentro de y operar dentro de cada segmento.
• Posicionamiento propio y de cada contrincante en cada segmento. En esta fase tiene diversos objetivos, en particular, analizar la imagen pública y propia para compararla con la de cada contrincante, así como el nivel de aceptación o rechazo, grado en que pudiese estar comprometido el voto en cada segmento, con cada uno de los contendientes, y estimación del porcentaje de indecisos.
• Importancia que representa cada segmento para su causa y análisis de la forma en el que conviene abordarlo, este punto corresponde a la valoración de las alianzas y acuerdos con otros actores políticos.

Con base en la información y análisis anteriores, se puede proceder al cuarto paso con mayor certeza y asertividad, en este elemento formularemos las estrategias generales de campaña, por segmento, contrincante , y por segmento y con encante.

Las estrategias son las orientaciones o recomendaciones hacia las acciones que incluyen la asignación de recursos, es decir indican cómo se debe operar en cada espacio, con el objetivo de vencer electoralmente a los adversarios en la mayor parte de los espacios y por el mayor volumen posible de votos.

En el quinto paso identificaremos las herramientas de ingeniería electoral que incrementen las probabilidades de triunfo. En este caso es necesario distinguir entre las herramientas permitidas, y aquellas que no lo son.

En el sexto paso podremos inicio al diseño de propaganda que incida de manera positiva en los votantes. Donde aspectos importantes son la creatividad que le haga más original y convincente el posicionamiento y la estrategia de medios que permita que el mensaje llegue a todos los votantes objetivo, para esto nos podemos apoyar en el modelo AIDA.

Ahora contamos con los elementos para elaborar el plan de campaña a través de la definición de la serie de acciones y elementos propagandísticos conforme la secuencia de intensidad de campaña que resulte más eficiente.

El octavo elemento se refiere a la información ya que deberemos estar en todo momento informados con respecto a lo que sucede en el mercado electoral y en el entorno, así como conocer las acciones y propuestas de los contrincantes, con el fin de aprovechar las oportunidades que se presenten, vi en su caso evitar todos los posibles riesgos o amenazas.

Es momento de desarrollar e incrementar los apoyos estratégicos, lo que significa contactar y atraer a los poderes fácticos, esta relación puede tener un costo que se debe evaluar. Sin embargo, no se deben establecer compromisos cuyo costo pueda representar un riesgo o inconveniente significativo.

Por último se deberá desarrollar la logística para asegurar que el apoyo de los simpatizantes sea real durante la campaña y se manifieste en votos el día de la elección de modo que resulte eficiente y viable.